miércoles, 29 de abril de 2009

SILENCIO

Mirarse en silencio y decir tanto,
palabras de aire al parpadeo,
y alrededor de tu iris, un paseo,
entre beso y beso, me voy dando.
Escuchar el aire que respiras,
cosquilleo de la sangre por las sienes,
y rotundo en mi pupila te detienes
y sentir cómo se encajan nuestras vidas.





jueves, 2 de abril de 2009

INTENSIDAD

La ropa convertida en materia permeable, en tejidos vivos como piel. Intensidad en el roce más mínimo. Un particular país de Oz, a un sencillo toque de la puntera de nuestros zapatos…

Mundos furtivos bajo la mesa del café. Y caer en el campo gravitatorio de tu cuerpo. Y no querer salir.

miércoles, 1 de abril de 2009

ENVOLVENTE

Como espiral suave, tu abrazo evolvente y para mí gigante, calma los sentidos de las agresiones externas, de las pesadillas y los monstruos cotidianos. En tu aura reposan mis latidos, el tiempo se mide por la sucesión de los besos y los segundos se aburren de nosotros y se atrincheran en los relojes. A cada pregunta la respuesta es un nuevo y dulce misterio, en el interior de tu abrazo envolvente…

miércoles, 25 de marzo de 2009

PEQUEÑAS GRANDES COSAS

Porque a cada momento ocurren sucesos diminutos, imperceptibles, fuera de casi todos los sentidos, aparentemente. De ellos están llenos los vacíos y los silencios. En ellos hay breves pero intensas bellezas. Filamentos de luz, materia de sueños, felicidad en infinitesimales dosis. Los pequeños detalles son productores en potencia de sonrisas, de lágrimas, de emociones… fabricantes de vida. Quiero llenarme de esos sucesos diminutos, como arena de playa en los pliegues de mi ropa.

Qué grandes son los sucesos diminutos.

Qué grande eres, pequeño.

miércoles, 4 de marzo de 2009

EL REGRESO


Y sesenta y seis años después, aquel hombrecillo gentil de cabellos de oro, bajó de las estrellas; había vuelto. Nadie pudo avisar a Antoine. Tuvo una “panne”, pero esta vez no pudo arreglar el motor…


Como en su primera visita sólo había estado en el desierto y su zorro, inexplicablemente, no estaba esperándole puntualmente, pensó que era un buen momento para viajar y conocer nuevos lugares de este curioso planeta.
Encontró ciudades altas, llenas de humo… es muy peligroso no deshollinar los volcanes diariamente, muy arriesgado, pensaría. Láminas de agua que no reflejaban las estrellas, bosques vacíos, baobabs de hierro arrancando el suero a las entrañas de la tierra. Calles para locos en desfile, hablando solos, con las miradas perdidas, preocupados por el tiempo que les muerde los bajos de los pantalones. Naturaleza mal enmacetada, copias baratas de los orígenes. Qué extraño. Cómo pudo cambiar tanto todo en tan poco tiempo.


Y siguió caminando sorprendido a cada paso y… (fin de la primera parte)


lunes, 2 de marzo de 2009

OTRA VEZ MADRID

Heterogénea y compleja (para mí), otra vez Madrid.
Esta vez conseguí volver con un buen esquema de grandes espacios ubicados en mi mente y te sentí más cercana, más mía. Paseé apoyando bien las plantas de mis pies, para no pasar de puntillas sobre nada y dejar mi pequeña huella en las calles recorridas.
Te respiré, te miré, te escuché, te comí, te caminé. Incluso caí en el tópico de remarte… y no pude evitar fotografiar a un barquillero de aire chulapo.

Pero pese a todo, en esta segunda visita eché algo en falta... Y de repente me encontré sonriendo mientras estiraba el cuello para mirar los árboles altos de la Castellana.
1-03-09
R.P.C.

jueves, 26 de febrero de 2009

Recuerdo…

Recuerdo, siendo muy niña, pasear por el centro de Priego de la mano de mis padres, cuando la feria llenaba de gente, "cacharricos" y olor a manzana de caramelo y pollo asado la Carrera de las Monjas, la Calle Río y el Palenque. Sé que yo era muy pequeña porque al caminar cerca de ella, que estaba sentada en el suelo, casi podía verle los ojos a mi misma altura, aunque nunca cruzamos las miradas.
Ochenta años, quizá más. Me preguntaba por qué estaba allí, sola. Me despertaba una extraña ternura, quizá porque cubría su cabeza con un pañuelo negro, como lo hacía mi abuela. Quizá porque todo era color y risas y música y ella permanecía allí, sentada en la acera, en la esquina que daba a la plaza Palenque, alzando su mano blanquecina y arrugada. A veces, yo pedía a mis padres una moneda de cinco duros y muy lentamente, la depositaba en su palma abierta y asurcada. Ella cerraba la mano, apretando el puño e inclinaba un poco más la cabeza hacia el suelo. Vestía luto riguroso y parecía una figura inmóvil, en el suelo, ante el tránsito continuado de la feria.

Un recuerdo o un sueño, quizá ambos. Pero de vez en cuando viene a mi memoria su silueta oscura. No sé quién era y nunca cruzamos las miradas.

miércoles, 25 de febrero de 2009

RESET

He barrido un poco por aquí. Me hacía falta limpiar y oxigenar este espacio, para que quede listo para nuevas palabras y acuarelas.
Pero no me resisto a dejar la mirada felina. Me transmitió mucha fuerza mientras la dibujaba y me la sigue transmitiendo cada vez que la miro.

sábado, 31 de enero de 2009

MIRADA

Tengo una cuenta pendiente con el lince desde hace años... se me resiste su dibujo.


Como suelo hacer en mi vida diaria... me quedo con lo mejor.