miércoles, 25 de marzo de 2009

PEQUEÑAS GRANDES COSAS

Porque a cada momento ocurren sucesos diminutos, imperceptibles, fuera de casi todos los sentidos, aparentemente. De ellos están llenos los vacíos y los silencios. En ellos hay breves pero intensas bellezas. Filamentos de luz, materia de sueños, felicidad en infinitesimales dosis. Los pequeños detalles son productores en potencia de sonrisas, de lágrimas, de emociones… fabricantes de vida. Quiero llenarme de esos sucesos diminutos, como arena de playa en los pliegues de mi ropa.

Qué grandes son los sucesos diminutos.

Qué grande eres, pequeño.

miércoles, 4 de marzo de 2009

EL REGRESO


Y sesenta y seis años después, aquel hombrecillo gentil de cabellos de oro, bajó de las estrellas; había vuelto. Nadie pudo avisar a Antoine. Tuvo una “panne”, pero esta vez no pudo arreglar el motor…


Como en su primera visita sólo había estado en el desierto y su zorro, inexplicablemente, no estaba esperándole puntualmente, pensó que era un buen momento para viajar y conocer nuevos lugares de este curioso planeta.
Encontró ciudades altas, llenas de humo… es muy peligroso no deshollinar los volcanes diariamente, muy arriesgado, pensaría. Láminas de agua que no reflejaban las estrellas, bosques vacíos, baobabs de hierro arrancando el suero a las entrañas de la tierra. Calles para locos en desfile, hablando solos, con las miradas perdidas, preocupados por el tiempo que les muerde los bajos de los pantalones. Naturaleza mal enmacetada, copias baratas de los orígenes. Qué extraño. Cómo pudo cambiar tanto todo en tan poco tiempo.


Y siguió caminando sorprendido a cada paso y… (fin de la primera parte)


lunes, 2 de marzo de 2009

OTRA VEZ MADRID

Heterogénea y compleja (para mí), otra vez Madrid.
Esta vez conseguí volver con un buen esquema de grandes espacios ubicados en mi mente y te sentí más cercana, más mía. Paseé apoyando bien las plantas de mis pies, para no pasar de puntillas sobre nada y dejar mi pequeña huella en las calles recorridas.
Te respiré, te miré, te escuché, te comí, te caminé. Incluso caí en el tópico de remarte… y no pude evitar fotografiar a un barquillero de aire chulapo.

Pero pese a todo, en esta segunda visita eché algo en falta... Y de repente me encontré sonriendo mientras estiraba el cuello para mirar los árboles altos de la Castellana.
1-03-09
R.P.C.